El delicado tul cubre el cuerpo rosado
El niño duerme plácido, en tu regazo
Quien te iba a decir María
Que, seguirías cubriendo su cuerpo
En la desnudez de su agonía.
Madre, cuantas lágrimas recogerías
De gozo, con el niño mecerías
De sangre, en tu alma llorarías
Te quiero María, luz de mis ojos
Te quiero María, por llevarme…
Al camino del amor y la sabiduría.
Autora: Mercedes Ramos.