MADRE ADNEGADA
Madre abnegada,
tierna Señora.
Dame tu mano,
porqué asirme
A ella
deseo siempre, y ahora
Más que nunca,
¡¡Virgen María!!
¡¡Virgen y Madre
Corredentora!!
Acógenos que
perecemos, cuantos
Hermanos e hijos
Tuyos están padeciendo…
Cuanto
sufrimiento dulce Madre mía.
Danos fuerza,
Señora de nuestra casa.
Paño de
lágrimas, luz de Jesucristo.
Antorcha del
Sagrario, cimiento…
De la Nueva Jerusalén.
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Autora:
Mercedes Ramos.