Señora, dueña del Universo.
Reina, de la Creación del Mundo.
Destinada para llevar el Triunfo
Aplastando las obras del
maligno
Con beneplácito de la Santísima
Trinidad. Rodeada de las
potestades
Angélicas, en un trono
inalcanzable
Al genero humano, mujer
vestida de sol.
Tabernáculo, y cuna
Celestial de Dios.
El Mundo reconocerá y
verá el Pedestal
De tu gloria, por tu Sí,
fecundo, de humildad.
Brilló tu fe, y fuiste
la preferida desde toda la eternidad.
Diste consuelo como
nadie a la Santísima
Trinidad.
No perdiste el horizonte,
acogiste a la humanidad
Errante, y te hiciste
Corredentora en el Calvario.
Tu Hijo, te dono como
Madre, y fuiste nuestro consuelo.
Medianera te hizo
repartiendo las gracias, que de tu mano
Brotan, dando según la
fe de tus fieles, abogada en el camino
De quien te solicita,
Madre generosa, dulce Señora, sarmiento
Fecundo, acógenos en tu
regazo para que salga del lagar buen vino.
Autora: Mercedes Ramos