Virgen clemente, con transparente mirada.
En el regazo, portas el niño, con su bella semblanza.
Quien sabe que pensamientos hay debajo,
de tam suntuosa corona, que te han
colocado.
Madre de sutil belleza, en marcada en
retablo.
Tú eres sencilla, y miras como si llevaras
el velo.
Ese que vestías en el pueblo. Tan recordado.
Cómo andáis paisanos, vecinos acordaros del
pasado.
Ese pueblo ha dejado de quererme a mí, y a
mi niño.
¿Es que no tenéis, numerosas muestras de mi
afecto?
¿No se ha
entregado, en obediencia a su Padre, mi Hijo?
¡Donde está el Amor,
de mi Esposo, el Espíritu Santo!
Que mi Hijo, os
mandó al recibir el Santo Bautismo.
Hijos Míos no desperdiciéis,
lo que se os da por amor Oslo pido.
Reconciliaros con
el amor Eucaristía que es mi Hijo.
Autora: Mercedes Ramos.
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