Ni una mirada de reproche, sólo ternura y amor;
Hacia los linchadores, que lo clavaron en la cruz.
Casi desfallecida, y sosteniendo con su mirada...
Para que no sufriera más, el Hijo de su entraña.
Madre corredentora, Madre sufrida y abnegada.
Eres la más humillada, y serás la mujer más ensalzada.
Autora: Mercedes Ramos.
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